TESTIMONIOS


Testimonios

Queridos amigos, ex operarios del amor, operarios en "servicio activo" u otros:

Hace ya unos 8 meses que me retiré ("descolgué, salí ", o como se diga) de la venta de libros y de cualquier actividad relacionada con la Cadena del Amor. De acuerdo a mi manera de ser y a mi edad o experiencia, he dedicado mucho de este tiempo a reflexionar sobre todo lo que me pasó y sobre lo que creo que pasó. Ha sido fundamental para mí dejar decantar la experiencia y esperar que los frutos brotaran y maduraran. Pudiera ser que ahora sea tiempo de dar testimonio, pero siempre un testimonio transitorio, porque cada nuevo día agrega algo a lo que ya creía formateado.

Espero no espantarlos si digo que tengo mucho que agradecerle a la Cadena del Amor. Desde haber conocido los libros, leerlos una y otra vez, hacer tres cursos de operarios, formar parte de una fuerza de ventas y vender libros , hasta -y más recientemente- terminar con todo ello. El terminar con todo ello, confieso que todavía me produce registros de alivio.

Pienso que todos nos parecemos en más de lo que creemos, así es que igual que para muchos, leer esos libros (con algunas excepciones) me llenó de alegría, de sorpresas, de respuestas y de anhelos. A veces también algunos me torturaron un poco. Pero predominó la ganancia. A las personas a quienes vendí o contagié con la lectura en esos tiempos, en su gran mayoría, les ocurrió lo mismo. Hacer los cursos de Operarios, y asistir a las fuerzas de venta, ya fue otra cosa. Y vender, otra.

Cumplí un año como "operaria" activa. Y un buen día noté que ya no tenía razón alguna para vender ni un libro más. Mi reflexión de entonces fue, que si eso me estaba ocurriendo y dado a que yo me consideraba una operaria responsable y comprometida, eso tenía que ver justamente con mi trabajo como operaria o con Jesús, o con el amor. Por lo tanto me dispuse a escucharme. Supe que dejar de vender los libros o dejar de ser operaria era una decisión tan libre y tan personal, como la de empezar a serlo. Así es que tranquilamente me preparé para el retiro. Por ese tiempo la Mercedes estaba enferma, así es que no me pareció oportuno molestarla. Simplemente dejé de asistir y esperaba encontrar algún momento para comunicarle personalmente mi DECISIÓN.

Y en eso vino el huracán "Revista Paula". Cuando lo leí me quedé impactada. No era en absoluto lo que me esperaba. Yo jamás tuve ni imaginé los problemas que ahí se describían. Sí, por supuesto, algunas dudas y algunas más que dudas con respecto, por ejemplo, a los llamados "juicios". Los que presencié me habían parecido más bien unos acuseteos de bajo nivel, unos pelambres disfrazados y bastante inútiles en función de ser un(a) mejor operario(a) del amor. Incluso a veces, algunos me parecieron bordeando la crueldad. Me habría gustado hacer algunos a las personas que a veces reemplazaban a Mercedes en la dirección de la reunión de ventas, pero la verdad... la verdad, no me atreví o me pareció inútil. Algo me decía que estaban demasiado "apitutados" o demasiado impermeables como para que valiera la pena. Cobarde yo, en todo caso.

Me molestaba sobremanera la forma despectiva en que trataban a otros operarios de mi fuerza de ventas, por ejemplo, a Juan Carlos Silva o a la Ana Carolina Auba o a la Loreine Byrne. Ahora, quizás lo que más me detenía, era ver que ellos mismos no parecían sufrir con ese mal trato. Nunca entendí por qué justamente las personas que me parecían mas incondicionales de Mercedes y de la difusión, fueran justamente los más maltratados por ella o por algunos de sus "GAPS" (guardia de amigos personales). Bueno.... Bastante más espantada quedé con el asunto de la Isabel Wilk. Aquí todavía me atormenta mi conciencia. Me doy cuenta que en esa época ni me soñé hacerle un juicio a la propia Mercedes, supongo que por eso de su fuero celestial. De todos modos, el artículo en ese momento me pareció insidioso e injusto.

Al poco tiempo, me fui enterando de la "estampida " de operarios, leí parte del libro de las sectas que me prestó Raúl Guillén y que, dicho sea de paso, me dejó muy impactada. Me costó creer la exacta correlación de los procedimientos de la Editorial con lo descrito por el autor ex miembro de una secta (no hablarnos, no saludarnos, culpabilizarnos de todo, incluso de las guerras, no llevar a nadie en auto, no comentar las reuniones, los degradantes juicios públicos, en fin. Y todo justificado por el ser elegidos para una causa que involucraba a la HUMANIDAD).

Supe luego del cierre de las librerías, conversé con un par de operarios recientemente "ex " y además, informé a Mercedes de mi "retiro". En dicha reunión me choqueó por primera y definitiva vez oír a la "profetisa" proferir unas vergonzosas insidias contra quienes decía que organizaban una malintencionada campaña para destruir su obra. Intentó solapadamente sacarme información, y yo le respondí que había sido muy obediente a las enseñanzas y que no me metía en ningún pelambre o "cahuin". Confieso que me dolió lo que vi en Mercedes. Por supuesto que en ningún momento le creí que alguien, y mucho menos a quienes nombró, la hubiera amenazado de muerte y me escandalizó el que la "profetisa" en persona usara el "tiempo de la humanidad" y el mío para cuentearme detalles de la vida personal de estos operarios que se habían retirado últimamente o testimoniado en la revista Paula. Mala cosa, me pareció eso, y me demoré mucho tiempo en digerirlo. En honor a la verdad, debo reconocer también que en todo momento y como siempre había sido conmigo, se mostró respetuosa de mi decisión.

Supe de algunas reuniones de "disidentes" y yo no quise sumarme a ninguna, porque necesitaba primero de ese tiempo de maduración del que hablé al comienzo, y porque además no estaba de acuerdo con volverle la espalda de la noche a la mañana a esa causa que yo había abrazado con total autonomía. Así pensaba.

También en esos días una amiga me informó que yo estaba "enferma de la cabeza" (¡qué divertida expresión!). Eso fue lo que me diagnosticó una joven operaria del amor que la contactó para venderle los libros, cuando mi amiga le contó feliz que yo la proveía de ellos (mi amiga todavía no sabía de mi retiro).

Finamente, en Enero acepté una invitación a una reunión. Vi a personas, oí relatos o testimonios y yo colaboré con otros pocos. Esa noche me desvelé masticando todo lo vivido en esa reunión y me critiqué mi frivolidad en ella. Quizás desde ahí se tejen mejor mis reflexiones.

Tal como yo pienso, cada uno de nosotros siempre debe hacerse responsable de lo que hace o deja de hacer. Aún cuando lo que haga o deje de hacer, lo haga siguiendo el consejo o aún la orden de alguien. Por lo tanto, para mí no hay cosas que la Mercedes o nadie me haya hecho hacer o no hacer. De lo que sea, soy la única responsable. Y eso me gusta, porque gracias a eso me siento lo más libre que se puede dentro de este estado de cosas.

Tal como yo veo las cosas, entre los operarios hay un importante contingente de personas valiosas, valientes y con un gran sueño: ayudar a la humanidad con sus (nuestros) problemas. Eso nos ha hecho buscadores. Probablemente muchos de nosotros somos antiguos incursionadores en "causas", grupos o movimientos de diverso tipo. Por lo tanto, yo creo que es ese sueño y esas características nuestras las que nos llevaron también a la Cadena del Amor. Me pregunto cómo hacer para que eso no se pierda en inútiles "pelambres", recriminaciones o en sospechosas "lavadas" de mano. ¿Cómo resolver este "impase" y salir adelante con nuestro sueño, sin perder el optimismo y la confianza en que los seres humanos sí tenemos remedio y mucho?

Tal como yo pienso, NUNCA, NADA NI NADIE debe pesar más en mi conciencia, que mi propia conciencia. Por lo tanto, ni la Mercedes, ni Jesús, ni la mente común, ni el mismísimo Dios son sustitutos de ella. Quizás, y por lo que oí ese día, a muchas de las personas que participaron por años y ahora se retiran, les podría servir acordarse de cuándo es que comenzaron a "sentir "que algo no andaba bien, y luego pensar qué hicieron con eso que sentían o bien, cómo lo hicieron para aplastarlo como voz válida (la única realmente válida en verdad). Puede que eso los lleve de vuelta (o los devuelva) a ese perfecto puerto que somos cada uno de nosotros. Estoy segura que TODOS los seres humanos estamos equipados con TODO lo necesario para ser unos perfectos seres humanos. Sólo tenemos que practicar.

Entonces, si nos proponemos ser fieles a esa voz, o lo fuéramos desde antes, quizás muchos se habrían retirado de las fuerzas de ventas hace mucho rato. O quizás ahora, pero sin rencor, sin sentirse estafados y sin sentir que ahora tenemos que ser nuevamente "salvadores" pero de otra causa y contra otro "enemigo", esta vez la Mercedes Miranda en persona. (¡las vueltas que tiene la vida no?!)

Una de las "marraquetas" que me trajo a mí la Cadena del Amor, fue ENTENDER que somos IGUALES. Incluso a eso que me dicen que es Dios. Por lo tanto, soy parte de lo que sea que en este momento está actuando para la humanidad. Ya no veo "maestros", ni autoridades, ni tampoco "profetas" (..tisas") con derechos reservados, a quienes obedecer. Otra de las "marraquetas" que recibí, fue la de la ADULTEZ. Y esa se lleva estupendamente con el entendimiento de la igualdad. Nunca me había sentido tan libre como me siento ahora, después de mi periplo por la cadena del amor. Y tal como fue: con entrada, permanencia y salida.

Mientras vendía tuve el placer de convertir a mi "imagen" (psicóloga, inteligente, profesional, etc, etc.) en algo muchísimo menos importante que lo verdaderamente importante. No me era fácil andar por ahí con unos libros dudosos, con un diseño más dudoso aún, y de un origen superlativamente dudoso, molestando a veces hasta la majadería a los posibles compradores con eso de salvar a la humanidad.

Pero lo hice y lo agradezco. Adelgazar mi sentido de "imagen" y actuar según lo que me parecía correcto y sólo eso, me relevó de unas cuantas toneladas de temor que pesaban sobre mi espalda hasta entonces. Esa fue la tercera "marraqueta". Sólo me arrepiento de haber atosigado a algunos. Y también me arrepiento de esa aureolita de "elegida" que me puse de repente.

Cuando ocurrieron los "escándalos" de la Revista Paula y los programas de TV, tuve que hacer los últimos ajustes y aceptar que a través de dichos reportajes lo que iba quedando de mi "imagen"se redujera a polvo. Bien por lo realmente importante. El resultado fue una nueva marraqueta con un suplemento adicional de libertad. Me vi obligada a negociar con mi conciencia y a someterme a su dictado: "sé prudente, espera, reflexiona, entra en ti misma y cuidadito con hacer cualquier cosa impulsada por ganas de defender tu "imagen" . ¿Cómo no estar agradecida de la vida, que en mi caso incluyó a la Cadena del Amor, con Mercedes Miranda y todo?

Puesta a exponer lo que pienso de "lo que pasó", el mismo mapa de la Cadena del Amor me parece claro. La Mercedes está sufriendo un juicio público y me parece bien. Me da esperanza incluso. Si los mensajes son lo que ella dice, sabemos que lo único importante, LO UNICO IMPORTANTE es el Amor. Que la humanidad se pronuncie respecto a la Mercedes. A mi me parece que se "corrompió". ¿Y por qué no? El poder ha corrompido a todo el mundo ¿ no?

Personalmente no me importa para nada si es profeta o no, si gana plata y mucha con los libros o no. Yo digo que soy psicóloga y gano plata con mi trabajo. Como todos. Ahora, por lo que me he ido enterando, parece ser que la Mercedes es explotadora, tirana y poco ética, además de arrogante . También pesada, pero bueno, eso no es tan grave como lo anterior. Es la humanidad (con SII, inspecciones del trabajo, tribunales de justicia, revistas Paula, TV e Internet incluidos) la que deberá dar su veredicto. Mal que mal, parece que finalmente ya la "desaforó" ¿no?

A los libros y pese a su pésimo estilo yo los encontré interesantes, llenos de sabiduría, inspiradores. En general, muchas veces encontré respuestas a preguntas abiertas en mi mente desde hacía años. Para ser franca, esto me pasó principalmente con libros como "Amar es el éxito", "Dioses Sois", "Vida Verdadera", "Iluminando el Apocalipsis" (salvo la parte en que las escrituras casi ,casi dan su nombre como la profetisa de los últimos tiempos. A propósito, ¿habrá omitido el último de los 6 del tenebroso 666 por pudor?). "La Creación", "Tus Dones y Antidones" me molestaba por lo mal escrito, pero igual le encontraba mucho valor e incluso correlación con ciertos mapas psicológicos. "El Juicio Final" me producía ambivalencia. Pero redondito al final. Se me atragantaron siempre "El Poder del Amor" (una grotesca auto publicidad), "Amar como Dios ama" (amenazante, duro, dictatorial, moralista), parte de "Luz para los Hombres" (durísimo, como un perro mordiendo ) y "El mundo pide Amor" (pobre, redundante, aburrido). Esta es mi opinión, y yo creo que cualquier persona está capacitada para juzgar y en su derecho de opinar lo que se le venga en gana. Por lo mismo no me parece que deba hacer nada en contra de la difusión de los libros. Viva la libertad de publicación.

Una cosa son los libros... y otra la institución "Cadena del Amor". ¿Qué pasa allí? ¿Por qué toda la magia y la esperanza es devorada apenas uno se inserta en ella? Para no enumerar agotadores y aburridísimos detalles, voy a expresar un pensamiento que resume lo que creo.

Creo que es casi imposible que una institución -cualquiera esta sea, cualquiera sea su origen o fin- sea incorruptible. Particularmente aquellas tan piramidales como ésta. Incluso creo que no es casual que sea así. Al menos tal y como las hemos organizado hasta ahora, y tal y como se practica en la Cadena del Amor. Porque creo que están condenadas al fracaso para que nos demos cuenta POR FIN que no las necesitamos. Es decir, que nos las necesitaríamos si fuéramos ADULTOS. Y que si somos adultos, que las abandonemos . Y que si nos adherimos todavía a ellas es que las necesitamos y entonces, que no reclamemos.

Algo parecido a las cárceles. ¿Cuándo han servido para algo más que para encerrar y capacitar a los delincuentes en conducta delictual? Pero si fuéramos adultos, cualquiera, cualquiera sería buen portador de los mensajes de amor. Podrían publicarse en radios y revistas, en Internet, enviarse por fax o fotocopiarse. Hacerse volantes, foros, tirarlos desde aviones, pasarse de boca en boca y mil posibilidades más. Mientras no somos tan adultos, los que se sientan más adultos que pasen por la institución (organización, grupo, secta , iglesia o lo que sea) como quien usa la plataforma por ahora necesaria, y que obedezca y desobedezca todo lo necesario. Pero que no venda nunca su conciencia, por ninguna razón y por ningún motivo. Aprovechar lo disponible y seguir. La misma Mercedes decía: "yo no importo". Lo malo era que lo decía, pero su conducta gritaba lo contrario. Pero ese era su problema. Si hubiéramos sido más adultos, no nos habríamos implicado innecesariamente o, según he visto en algunos casos, tan dolorosamente.

Por otro lado, tengo que confesar que en la "Cadena del Amor" hay algo. Yo nunca había estado en una organización que junto con imponerme normas, deberes, restricciones y reglas de conducta a veces absurdas, al mismo tiempo me diera todos los antídotos y la forma de liberarme de ella. Me pregunto si la Mercedes lo hará a propósito. (¿Será una ingeniosa estrategia del mismísimo Jesús?)

Finalmente me queda una reflexión sobre la famosa "Mente Común". Para empezar, que dicho concepto no es nuevo. Lo que no quiere decir nada más que está demostrada su existencia. Pero como yo la entiendo, se rige por finísimas y perfectas leyes de equilibrio, y no por las policiales leyes con que se la "cargaba" en algunos libros o en las reuniones de venta y nivelación. Pienso además, que mientras más conscientes seamos y mientras más responsables seamos de nosotros mismos, menos "afectos" quedamos a la tiranía de esas leyes de la mente común. Sospecho que es posible entrar a otro orden de cosas. Pero bueno, no es el momento de entrar en profundidades ahora.

Bueno, hasta aquí el grueso de lo que ha sido el fruto de mi paso por la Cadena del Amor. Me da gusto estar de regreso en el reino de los humanos comunes y corrientes ("sean normales" ¿no decía alguien por ahí?) y de reconciliarme con el mundo ya que durante el tiempo que "milité" me parecía que tenía que rechazarlo, y por lo tanto, no estaba a gusto en casi ninguna parte.

Desde que "regresé" al mundo, me ha parecido que creció el número de personas bien intencionadas, que aumentó el número de grandes hombres o mujeres que han ayudado a la humanidad (parece que Jesús no estaba solo) y que la humanidad es tan buena como mala. Que depende de mí donde elija quedarme. Que por suerte Mercedes Miranda no es ni la única ni la última. Porque cada uno de nosotros puede. Yo concluyo que podemos trabajar por "construir el reino del amor" o como sea que lo llamemos, con Mercedes Miranda o sin ella.

Con mucho cariño:

Paula Sepúlveda Campos
Rut: 7.226.612-9

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